Tras recibir la carta del padre de Andrés Sánchez Orozco, en la que solicitaba las indemnizaciones que pudieran corresponderle por la pérdida de su hijo, el comandante de la base, Miguel Ángel García-Agulló, reenvía la carta al Capitán General del Departamento indicándole que por su parte se siguen reclamando los haberes del citado marinero desaparecido.
En la carta destaca por una parte el reconocimiento de «los restos humanos en pequeña cantidad, un trozo de culata de fusil y varios trozos de abisinio y de tela de faena de Marinería, aparecidos el día 26 de septiembre, en el espacio comprendido entre la línea férrea y la carretera de los Astilleros» que se sospechaba pertenecían a Andrés Sánchez Orozco.
Por otra parte, destaca la falta de humanidad de la Marina al deducirle de sus haberes la deuda que tenía contraída el marinero en la vida propia del cuartel.