La mayoría de los chalets destruidos por la explosión tardaron años en ser reparados, ya que los gastos corrieron del bolsillo de los propietarios. Los donativos de la Comisión Pro-Damnificados apenas cubrieron algunas pérdidas y el Estado, al no asumir su responsabilidad, jamás pagó indemnizaciones. Fuente: Archivo Histórico Municipal de Cádiz.