José Enrique Varela Iglesias

José Enrique Varela Iglesias
José Enrique Varela Iglesias

El general José Enrique Varela Iglesias, quien desempeñaba su labor como Alto Comisariado de España en Marruecos, no solo fue uno de los primeros jefes militares que se personó en Cádiz después de la catástrofe en un vuelo aéreo desde Ceuta hasta Jerez, sino que fue uno de los artífices de la reconstrucción de la ciudad.

Su monumental indignación por lo que ya entonces debía considerar una clara negligencia de la Marina le llevó a tener dos graves incidentes con el ministro Francisco Regalado delante de varios testigos. El primero tuvo lugar en los patios del cementerio de San José, cuando Varela iba descubriendo los cadáveres de las víctimas una a una a plena luz del día y a cara descubierta sobre los patios del cementerio, sin la más mínima mueca que delatara su
mal trago. Al parecer Regalado pronunció la inoportuna frase «¡Cómo huele aquí a muerto!», a lo que Varela respondió tensando el ambiente en un poco diplomático tono «¡Pues hace dos días esta gente olía a rosas!».

El segundo incidente tuvo lugar cuando el mismo ministro Regalado dejó a entender que «aquello», refiriéndose a la catástrofe, no era para tanto. Varela, preso ya de la ira, le respondió: «¿Una exageración, señor ministro? ¡Usted es un cabrón!». Y desde entonces no volvieron a verse las caras.

Varela se encargó de dotar a Cádiz de las primeras dosis de penicilina y estreptomicina, tan escasas en la época, en ambulancias cargadas de medicamentos que hizo traer en el vapor Ebro desde Ceuta. Cuando un grupo numeroso de ciudadanos se arremolinó a las puertas del hotel Atlántico —donde tuvo que alojarse al quedar gravemente dañado el chalet que la ciudad le regaló— para agradecerle su rápida respuesta, el general salió a recibirles diciendo que ante el dolor de la ciudad hubiera llegado a ella por cualquier medio de locomoción, incluso arrojándose en paracaídas si hubiera sido necesario, sobre las ruinas de la capital.

Pocos meses después había llegado a recaudar 1.187.560,20 pesetas en una colecta personal que llevó a cabo en Marruecos y que cedió íntegramente a Cádiz para la construcción de los pisos que hoy día llevan su nombre: el grupo Varela.

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