El legajo 2580 del Archivo Histórico Provincial de Cádiz apenas contiene un par de hojas con información de interés para el estudio de la Explosión, y sin embargo poseen un valor extraordinario. Se trata de un informe en el que la policía de Cádiz confirma la presencia en la ciudad de San Fernando el 20 de agosto de 1947 —es decir, dos días después de la catástrofe— de Benjamín García Álvarez, a quien algunos atribuyen el posible atentado contra la Base de Defensas Submarinas usurpando la identidad de un tal José Moreno Rodríguez.
El documento, más que reforzar la «teoría de la conspiración», entra directamente en contradicción con la versión de aquellos que aseguran que los supuestos atacantes huyeron aquella misma noche en un barco gasolinera con las luces de a bordo apagadas.
De ser real la presencia de García Álvarez en San Fernando el 20 de agosto, más bien parece que hubiera venido, como otros muchos delincuentes hicieron, a perpetrar actos de pillaje en la zona devastada de Extramuros.