Rafael Estrada Arnaiz era el Almirante Jefe del Departamento Marítimo de Cádiz bajo cuya responsabilidad de produjeron los acontecimientos del 18 de agosto de 1947. Durante meses había estado recibiendo los informes del Jefe de la Base de Defensas Submarinas, Miguel Ángel García-Agulló, en los que se le hacía constar los graves problemas de seguridad de los polvorines de Cádiz y la imposibilidad para ejercer un mínimo control sobre el estado de los explosivos.
En su descargo, el almirante Estrada ya había solicitado al Ministerio de Marina el alejamiento urgente de las minas submarinas y cargas de profundidad; pero aunque le daban respuesta, no le dieron solución.